19 Nov Tendinitis: Causas, Síntomas y Tratamiento
La tendinitis es una inflamación o irritación de un tendón, la estructura fibrosa que conecta el músculo con el hueso. Es una patología frecuente en personas que realizan movimientos repetitivos, ya sea en el ámbito deportivo, laboral o doméstico. En fisioterapia, el tratamiento de la tendinitis se enfoca en aliviar el dolor, reducir la inflamación y restaurar la función del tendón afectado.
Causas de la Tendinitis
Las causas más comunes de la tendinitis incluyen:
- Movimientos repetitivos o sobrecarga del tendón.
- Posturas inadecuadas durante la actividad física.
- Falta de calentamiento o estiramiento antes de la actividad.
- Factores biomecánicos como la mala alineación corporal.
- Envejecimiento y degeneración natural del tendón.
Síntomas de la Tendinitis
Los síntomas principales de la tendinitis son:
- Dolor localizado en la zona afectada, que puede empeorar con el movimiento.
- Inflamación y sensibilidad en el tendón.
- Rigidez o limitación del rango de movimiento.
- En algunos casos, sensación de crujido o crepitación en la zona afectada.
Tratamiento Fisioterapéutico de la Tendinitis
El tratamiento de la tendinitis en fisioterapia se basa en los siguientes enfoques:
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Reposo y modificación de la actividad: Se recomienda evitar los movimientos que provocan dolor y sobrecarga del tendón.
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Crioterapia: La aplicación de hielo ayuda a reducir la inflamación y el dolor.
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Terapia manual: Técnicas como el masaje de fricción transversal pueden mejorar la circulación y reducir la rigidez.
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Electroterapia: Modalidades como el ultrasonido y la estimulación eléctrica pueden aliviar el dolor y favorecer la recuperación del tejido.
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Ejercicios terapéuticos: Se incluyen estiramientos y ejercicios de fortalecimiento progresivo para mejorar la resistencia del tendón.
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Vendajes funcionales o kinesiotaping: Ayudan a reducir la carga sobre el tendón y mejorar su función.
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Corrección biomecánica: Se analizan y corrigen posibles desalineaciones o errores posturales para evitar la recaída.
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Terapia invasiva:
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Electrólisis Percutánea Intratisular (EPI): Técnica que utiliza una corriente galvánica a través de una aguja para inducir una respuesta inflamatoria controlada, promoviendo la regeneración del tendón dañado.
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Punción seca: Se emplean agujas de acupuntura para desactivar puntos gatillo miofasciales y aliviar el dolor asociado a la tendinitis.
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Neuromodulación percutánea: Consiste en la aplicación de corriente eléctrica de baja frecuencia mediante una aguja cercana a los nervios periféricos para modular el dolor y mejorar la función del tendón.
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Factores de crecimiento y plasma rico en plaquetas (PRP): Se inyectan factores de crecimiento obtenidos de la sangre del paciente para estimular la reparación del tendón.
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Prevención de la Tendinitis
Para prevenir la tendinitis, es importante adoptar hábitos saludables y aplicar estrategias preventivas que minimicen la sobrecarga del tendón. Algunas recomendaciones clave incluyen:
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Calentamiento y estiramiento: Realizar ejercicios de calentamiento antes de la actividad física y estiramientos después de la misma ayuda a preparar y relajar los músculos y tendones, reduciendo el riesgo de lesiones.
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Pausas activas: En trabajos o actividades que requieren movimientos repetitivos, es fundamental tomar descansos periódicos y realizar estiramientos para evitar la fatiga tendinosa.
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Ergonomía adecuada: Mantener una postura correcta en el entorno laboral y deportivo es crucial. Usar equipos ergonómicos y asegurarse de que la postura sea óptima reduce la carga sobre los tendones.
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Técnica y equipamiento adecuado: En el deporte y el trabajo, utilizar la técnica correcta y el equipamiento adecuado, como calzado con buena amortiguación y herramientas diseñadas para reducir el impacto, puede prevenir la tendinitis.
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Fortalecimiento muscular: Un programa de fortalecimiento progresivo de los músculos que rodean el tendón afectado ayuda a mejorar la resistencia y disminuye la carga sobre los tejidos blandos.
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Hidratación y alimentación balanceada: Mantenerse bien hidratado y seguir una dieta rica en proteínas, vitaminas y minerales favorece la regeneración del tejido tendinoso y disminuye el riesgo de inflamación.
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Evitar el sobreuso: Alternar actividades y distribuir la carga de trabajo de manera equitativa permite reducir el estrés repetitivo sobre los tendones y prevenir su inflamación.
Conclusión
La tendinitis es una afección común que puede afectar la calidad de vida si no se trata adecuadamente. La fisioterapia juega un papel clave en la recuperación mediante técnicas que alivian el dolor, reducen la inflamación y fortalecen la estructura del tendón. Con un tratamiento adecuado y medidas preventivas, es posible evitar recaídas y mejorar la funcionalidad del paciente.




